jueves, 15 de diciembre de 2016

Despertando emociones en un cumplemes


Soy de ese tipo de personas que despierta emociones y me gusta... desde que una persona quiera suicidarse a tu lado a un cariño incalculable.

No sabía cuando continuaría cositasss que es un blog muy variado en su contenido, casi tan variado como soy yo en persona y finalmente, ha sido cuando Berlín, este gatito que he adoptado hace un mes y que ahora mismo mientras escribo, se sienta sobre mi brazo y decide dormir

Berlín, ha hecho que me descubra más como persona y que también, vuelva a perseguir aquello que me apasiona; ya se ha convertido en un ente muy importante en mi vida (ahora me mira a los ojos y... oh no! ha visto mis pendientes moverse...)

En parte, también estoy escribiendo este blog, porque estoy procrastinando un poco este tiempo de mi día que le tocaba a un proyecto, lo siento Rafa, enseguida volveré a ello.

¿Y si hoy fuera el último día de mi vida? ¿Me gusta lo que voy a hacer? 
La muerte es posiblemente el mejor invento de la vida, retira lo viejo para dar sitio a lo nuevo.
"Mueran ya" por favor, hagan aquello que les arrastra, les apasiona, les hace vibrar... en su vida.
Arránquense esas "malditas capas", "corazas de mierda" que les hace no sentir amor por la gente que les rodea; aquellas que debido a sus profesiones, desencantos, desengaños les hace estar solos o tener relaciones en las que no sienten nada...

Sean "auténticos", qué gran adjetivo. Sean como Berlín, este "maldito gato" que no quería dejarse tocar por la hija de mi amigo porque le daba miedo; pero minutos más tarde le dio la oportunidad de tocarle la naricilla...

Porque señores, si no notan que su "corazón abierto" pega 3 o 4 vuelcos al día es que no están viviendo. Salten, haga que merezca la pena, sientan ira, amor....¡Vibren por Dios! que sus átomos se desintegren y vuelvan a integrarse otra vez, porque esa sensación es única y no se la pueden perder...

Y ahora volvamos a tu proyecto Rafa, que te lo mereces y "ets el millor". Berlín está durmiendo entre mis piernas, qué bien sabe donde está el calor...